jueves, 4 de abril de 2013

Evoluciono paso a paso en cada hazaña.

Me volví loca, loca de amor, o de atar, según se mire. Olvidé a mis amigos, y dejé de sonreír. Pero luego lo pensé, yo no había cambiado, de hecho seguía siendo la misma soñadora, la misma escritora, la misma persona propiamente dicha. Sólo había dejado de pensar en quienes creyeron en mi; para creer en otras personas no tan importantes, no tan especiales.
Ahora he vuelto a ser yo, un yo mejorado, mas adulto, mas maduro y mil veces más sufrido y con más pasos en el camino.