viernes, 23 de agosto de 2013

Estamos sujetos a expectativas que no se cumplen.

Estamos condicionados por el simple hecho de creer  que la mayoría de la gente responde a nuestras expectativas, y se nos olvida lo básico cada persona es un mundo…
Yo siempre di lo mejor de mí, procuré no decepcionar, y siempre estuve con los de siempre, con los que traté como hermanos, con los que procuré no fallar nunca y ahora me toca a mí. En realidad no fallé y si lo hice.. bueno eso ya ni lo sé, pensé que las palabras serían un arma cuando la gente me fallase y aquí estoy hoy demostrando que no soy rencorosa, y que sé perdonar, pero a veces me atormenta el recuerdo de todo lo malo, es como si me absorbiese todo lo malo como si en alguna parte de mi ser no hubiese sido capaz de perdonarlo.

Mis altas expectativas sobre la gente y sobre lo que considero respeto se han ido disolviendo poco a poco en mi cabeza, y no sólo ahí sino que han ido pasando a mis actos. No me siento sola, sé que tengo gente buena a mi lado lo que pasa es que ya no confío en nadie ni si quiera en mi misma, a veces cuando alguien me dice que le guarde un secreto me acojono porque no sé si seré capaz, tanta gente, en quien confíe mis peores errores o mis mayores miedos, me fallaron, y ya no sé si el problema soy yo o ellos..

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